miércoles, 28 de febrero de 2007

Todos los Festivales

Damos por terminado el festival. Dejamos en el pasado la versión 2007 del circo despiadado de la farándula criolla. Miramos hacia atrás perplejos, sin todavía poder entender muy a cabalidad qué cresta es lo que ha pasado en Viña. Es que todo sucede tan rápido, y en las cuatro o cinco jornadas que configuran este evento de escasísimo valor cultural, de tremendo presupuesto y máxima cobertura mediática, no tenemos tiempo siquiera para parpadear si no queremos perdernos alguno de los loables esfuerzos que hacen los caricaturescos personajes de nuestra pedestre farándula por demostrar por qué ellos son los famosos y no uno. En ese sentido, los organizadores del certamen son los que menos pueden disfrutar del festín de los flashes, por tener en sus manos la responsabilidad de que el nivel del festival mismo no caiga tan bajo como el de los programas de TV acerca del festival. No es de esperar, por ejemplo, que Lagos se empelote frente a las cámaras ni que Tomicic muestre una pechuga. Ellos tienen un papel un poco más importante que la escenografía y su protagonismo es minúsculo; en ellos es mejor vista la discreción. Tampoco son los artistas de la competencia nacional o internacional quienes reportan para sí algún dividendo considerable del festival. Tan en desacuerdo con el actual “espíritu” del festival están dichas competencias que parece inexplicable, salvo por el estilo anticuado de la ciudad de Viña en general, que aún formen parte del programa del festival. Pocos artistas ganadores de la competencia internacional han consolidado el triunfo con una exitosa carrera ni muchos menos han cristalizado una exitosa carrera en un triunfo en la misma competencia. Revisando la lista de los ganadores de últimos 44 años de festival, los nombres que suenan familiares no son sino el del cantautor italiano de pésimo gusto, Paolo Meneguzzi, o la rock star chilena prima del vecino de un ex cuñado de algún Parra, Javiera Parra. El resto no me suenan ni me interesan. Aceptémoslo, este año los principales ganadores del festival fueron aquellas carreras de periodistas de espectáculo (concepto que con el protagonismo que tienen en el espectáculo los mismos periodistas es como si Sergio Livingstone comentara los partidos de la selección mientras ataja él mismo) o show girls que venían en picada y que arriesgando el todo por el todo en una sola jugada han vuelto –no sabemos por cuanto tiempo- a llenar las portadas hasta de los diarios más “serios”.

1 comentario:

Topi dijo...

Acá en Viña aún hiede a farándula putrefacta, es como ese olor que hay después de la feria, pero más hediondo, como con zorra argentina y desechos de hospital. Y los del elefante de Los Tachuelas (pobre criatura). En fin... Hace tanto que no hay un nuevo post; supongo que no habrás abandonado ya esto del blog...