Vas con rocas
en las manos,
vas con rocas.
Llevas gafas
en los ojos,
y se ve difícil ir luchando como proa,
como suela,
como hombre al fin y al cabo.
-Es duro aquí en el ruedo.
-¿De qué estamos hablando?
-De que en este agua no sé nada como pez.
-¿De qué?
-De que siempre es demasiado tarde para ajustar el reloj;
y que la paciencia no exsite
desde que llegó la desesperación.
Se ven llagas
ya en tu cara: ¿Será
realmente un sacrificio?
Da igual, porque
no importa,
y si nos vamos todos a la Mierda, y
si se va todo a la Chucha,
por último
siempre estarán/siempre habrán
los cabros chicos
(pa' que aprovechen).
lunes, 15 de diciembre de 2008
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